ESLOVAKIA

Que época pesadita.

Por no decir Que días de mierda. Parece que llega el invierno y uno cae como en una cuchara grabada con la leyenda "frío = tristeza", que va derecho a la boca del Garrón. Garrón absoluto. Porque ni siquiera es uno el que se come el garrón, sino que ya el garrón te debora a vos por completo, al principio te saborea con apenas una salibita de soledad, te mastica y te boludea un buen rato en la boca, dandote esperanzas de que todavía puede escupirte y liberarte. Pero enseguida te traga y caés a mil por hora por un esófago de días de semana aburridos y monótonos e interminables y malparidos y molestos y paraquémelevanto y notengoganasdehacernada y laconchabiendetumadre; hasta que chocas de lleno con el estómago, un estómago teñido de un negro noche de sábado solitario y lluvioso. Y ahí te digerís. Ahí te bajoneás en serio. Ahí los ácidos de las paredes te deshacen hasta reducirte a tus primeros orígenes proteicos. Y te ves a vos mismo. Ves tu grasa y esteroles y compuestos más impuros. Así es como te sentís. Como verte las entrañas y querer vomitar, lo cual empeora el estado de tus entrañas y te dan más ganas de vomitar. Pero te acostumbrás. Al estómago te acostumbrás. A la noche de lluvia te acostumbrás. Y justo cuando MASOMENOS vas aceptando el estar ahí.. justo cuando CASI podes llegar a ignorar tu estado de bajón total con la ayuda de alguna bebida a base de frutos fermentados que suelen abundar por ese estómago.. si, justo ahí, viene lo peor. Intestino Grueso, Delgado. Recto, Ano. Y antes de que te des cuenta, ya sos un pedazo de mierda.


Sí; el invierno es un garrón.

Menos mal que existe el Flaco. Pescado Rabioso - Dulce 3 Nocturno. Dejate acariciar.